2006-04-27

GANÓ LA APUESTA



Quevedo apostó con unos amigos a que era capaz de mencionar la cojera de la reina.
Aprovechó una recepción que se ofrecía en el palacio y le ofreció a la esposa de Felipe IV dos hermosas flores, mientras le decía:

“Entre el clavel y la rosa, Su majestad escoja”.